Este es un blog de moda y tengo que hablaros de la ropa
que tenemos y los colores que se llevan. Blog tras blog y revista tras revista
vais a leer lo mismo. El estilismo está de moda y todo el mundo habla de ello y
da consejos.
Así pues, ya sabéis todas que se lleva el marsala, el
mostaza, el rosa o el azul. Tampoco es ningún misterio que las tendencias se
mezclan, que puedes ser una niña buena hoy y mañana una hippie, siempre que lo
hagas con estilo.
Como sabéis las que me conocéis, me gusta el chic parisino
pero soy un poquito bohemia y otro poquito romántica. Y eso lo traslado a la
ropa que compro, a la que visto y a mi forma de vivir. Llegados al punto en el que estamos, priorizo
de manera exagerada el producto y el comercio pequeño y de proximidad. Me
levanto cada mañana con la ilusión de contribuir con mi granito de arena.
En mi pequeña y bonita tienda os ofrezco productos
escogidos y tratados con cariño, prendas especiales que no podemos tener en mil colores diferentes ni en mil
tallas distintas. Aunque a veces resulta difícil explicarlo, últimamente estamos
demasiado acostumbrados a tenerlo todo en grandes cantidades, a que nos
ofrezcan mil prendas por semana.
Me pregunto ¿A costa de qué?
A todas horas nos bombardean con grandes ofertas contra las
que los pequeños comerciantes no podemos competir. Vivimos engañados, sin
preguntarnos cómo hemos llegado hasta aquí y cómo es posible que nos ofrezcan
estos “falsos regalos”. No sé si es que nos hemos dormido o tal vez estemos
anestesiados, pero esta claro que se ha formado una gran rueda que nos arrastra
a todos sin saber muy bien por qué.
Sería bonito pensar que poco a poco el mundo cambiará,
que será posible crear conciencia de algo que a la corta o a la larga repercutirá,
si no lo está haciendo ya, en las vidas y los trabajos de muchos.
Es por eso que en Mima’t cuidamos el precio al máximo y
ofrecemos un producto diferenciado. Queremos cuidaros a vosotros y queremos
cuidar el lugar en el que vivimos.
Cada jersey, cada vestido o cada prenda ha sido escogida
meticulosamente por su diseño, por su textura y buscando la máxima calidad a un
precio correcto. A veces se acierta, otras no y a veces gusta mucho y otras
veces nada.
Lejos de modelos,
desfiles y showrooms , así es de bonito y complicado nuestro mundo.